Debido a causas biológicas, genéticas, químicas, hormonales, ambientales y psicosociales, las mujeres tienen más riesgo a desarrollar depresión que los hombres. Las alteraciones hormonales que se dan durante la pubertad, la ovulación, la gestación y el climaterio (menopausia), repercuten en el funcionamiento de los neurotransmisores ocasionando mayor sensibilidad afectiva y alteraciones de humor.
Según las enseñanzas yóguicas la causa de la depresión es la “desconexión de nuestro ser “, cuando no hay concordancia entre lo que quieres para ti y lo que haces. Surge cuando te obligas a vivir de manera que no sientes, cuando te desconectas de ti, de tus sueños, de tu propia alma.
Es un desequilibrio que da lugar a cambios químicos en el cerebro y en el sistema nervioso central, cuando esto sucede te invaden sentimientos negativos de desesperanza, piensas que la vida no tiene sentido y nunca mejorará, comienzas a sentir un enorme vacío interior que se apodera de todo tu ser, pierdes la motivación de hacer cosas, te sientes insegura, triste, apática o agobiada, tu respiración se vuelve superficial, te irritas, te vuelves impaciente, muchas veces aparece un alto nivel de ansiedad que encubre una depresión, empiezas a tener irregularidades menstruales, tensión , problemas digestivos, etc.